viernes, agosto 5

Agosto.

Recuerdo todo 
aunque nunca confíes en mi memoria
porque al mirarla de lejos,
parece pésima

Pero te soy honesta,

a veces confundo los aromas,
los momentos, 
Y no es excusa,
te juro. 

Recuerdo tus manos frías, 

recuerdo que temblabas,
que temblábamos.

Recuerdo que nunca dudé de ti,

de nosotros.
de lo que parecía que jugábamos.
Incluso; 
recuerdo que en un momento me alteré
y aunque no recuerdo bien los tiempos,
ni el orden 
recuerdo que
en ese instante
me sentí capaz de hacer de todo 
para que nunca quisieras irte.

jueves, agosto 4

Aquí, en letras mayúsculas, o minúsculas:

Sigo teniendo tu aroma,
como uno más
de mis pensamientos suicidas.
Y quizá es de los más peligrosos,
o el que me puede salvar la vida.

Puedo considerar
como el mejor
o el peor
de mis secretos
más de trecientos suspiros tuyos
que depositas cada noche en mi oído
antes de conciliar el sueño por completo.

Esta vez no entraré en pánico
si no siento tu aliento
porque sé que estás dándome la espalda
pero no me importa
porque tu espalda
como tu boca
también
encabeza la lista de mis lugares favoritos.

Decir tu voz en voz bajita
se me ha hecho costumbre
seguido de una sonrisa
o de mil lágrimas
hirviendo
corriendo
sobre mis mejillas
que suelen estar muy frías.

Llámalo casualidad,
destino,
o incluso confusión,
el hecho de que
al decir nuestros nombres a la par
embonen
tan jodidamente
bien.